La ilusión del beneficio del agua fluorada
El declive mundial observado en la caries durante las últimas cuatro décadas ha ocurrido en la misma proporción en áreas que no tienen el agua de consumo fluorada.
En muchos estudios que pretenden demostrar los beneficios del agua fluorada no se discrimina qué grupos están sometidos a programas de promoción de la salud dental, como la enseñanza del cuidado de los dientes por medio del cepillado dental diario y el asesoramiento dietético o qué grupos utilizan fluoruros tópicos por medio de pastas dentales, colutorios fluorados, etc.
Además, la caries dental se diagnostica por la valoración subjetiva del odontólogo, no mostrando los estudios un sistema de calibración apropiado entre los colegas que intervienen en el estudio. En promedio, los dentistas muestran una variación de aproximadamente 20% en el diagnóstico de caries (profesionales diferentes que examinan al mismo paciente en el misma ocasión, y el mismo dentista que examina al mismo paciente en ocasiones diferentes). El mayor beneficio en la reducción de caries por medio del agua de consumo fluorada es de un 20% con respecto a los niños que no tiene el agua fluorada.
Dada la incidencia actual de caries, una reducción del 20% significa menos de una cavidad de caries por niño. En los estudios presentados, no se tuvo en cuenta la erupción de nuevas piezas dentales y el recambio de piezas permanentes por dientes deciduos, obturados o cariados. En un grupo de edad dado, los niños de las áreas con el agua fluorada pueden tener menos caries, porque ellos tienen dientes erupcionados hace poco tiempo o los dientes deciduos son eliminados para dar paso a los permanentes.
Después de 20 años de fluoración en la ciudad de Seattle, Washington, es actualmente la ciudad con mayor incidencia de caries dental. Un reciente estudio en Tucson, Arizona encontró que los niños que bebieron agua fluorada han tenido más caries que los niños que bebieron el agua no fluorada.
Un investigador observó,» …que una gran población de niños pobres no está recibiendo el beneficio del fluoruro en el agua, mientras se le niega el cuidado de la salud dental al mismo tiempo por otras fuentes”. En general, la incidencia de caries dental está más relacionado con el acceso a la atención dental profesional, que con el beneficio del agua fluorada, por ello los niños de grupos familiares con mayor ingreso económico presentan una mejor salud dental.
El Servicio de Salud Público Americano todavía usa los datos de H. Trendley Dean como justificación para la fluoración del agua, a pesar del hecho de que esos datos se llevaron dos veces a los tribunales por ser falsos: una vez en 1955 y de nuevo en 1960.
Las comparaciones reiteradas en la incidencia de caries dental entre poblaciones tales como Newburgh, Nueva York con el agua fluorada y Kingston, Nueva York que no posee el agua fluorada, no muestra el beneficio de la fluoración.
En 1987, Alan S. Encanezca, DDS, Director of the Division of Dental Health Services for the British Columbia Ministry of Health, pidió una reevaluación de la fluoración debido a que solo el 11% de la población usa el agua fluorada y que las provincias canadienses informaron una reducción de caries del orden 40 al 70 %, por el beneficio del agua fluorada.
En diciembre de 1993 la Canadian Dental Association determinó que la ingesta de fluoruro no previene la caries dental. También encontró que el fluoruro pone en riesgo a los niños a fluorosis dental.
La tiranía en la tierra de la libertad.
La promoción original de fluoración como un remedio para la caries fue consolidada por la industria del aluminio. Andrew Mellon, el anterior presidente de la Corporación Aluminio de América (ALCOA), era ministro de hacienda cuando el Servicio de Salud Público Americano dependía del Departamento del Tesoro. La Investigación que pretende demostrar efectividad del fluoruro y seguridad fue consolidada por ALCOA, Metales Reynolds, y otros emisores de fluoruro, como contaminante.
El Servicio de Salud Público de EE.UU. reconoce que todos los americanos se exponen a un mínimo de 1 miligramo de fluoruro por día, y la fluoración de agua puede aumentar la exposición a 5 miligramos o más por día. El Servicio de Salud Público también ha requerido un estudio extenso sobre la genotoxicidad y mutagenecidad de los fluoruros.
No obstante, el Servicio de Salud Público continúa promoviendo la fluoración de todos los suministros de agua públicos en los EE.UU., en clara oposición a la ley americana, al Código de Nuremberg, y al informe sobre Revisión de los Beneficios del Fluoruro y Riesgos, de Febrero de 1991.
En 1977, una investigación del Congreso encontró que el Servicio de Salud Pública nunca había dirigido las pruebas apropiadas para determinar la seguridad de la fluoración del agua para consumo humano. El congreso creó el National Toxicology Program (NTP) para dirigir las pruebas sobre el fluoruro, y sus posibles riesgo para la salud, y puso esta agencia dentro del Servicio de Salud Público.
El NTP se tomó doce años para completar un estudio previsto para dos años sobre el fluoruro. Científicos e incluso toxicólogos del EPA que tuvieron acceso a la investigación del NTP la consideraron inadecuada en 1989. También observaron manipulación de los datos resultantes en lo referente al cáncer, para que su valor fuera disminuido. A pesar de esta manipulación, el NTP fue obligado a informar sobre un «error» en la relación del fluoruro con el cáncer, significando que es una posible causa de éste.
Este hallazgo debió producir la reducción de la concentración de fluoruro de 4 ppm (partes por millón) a 0.4 ppm por el EPA. Esto habría hecho imposible continuar la fluoración a 1 ppm, el nivel exigido como «óptimo» por el Servicio de Salud Público. Hasta la fecha el administrador de EPA no ha tomado una decisión.
Hacia 1978, cuando el libro Fluoración, el Gran Dilema de George Waldbott, fue publicado, varias investigaciones independientes en EE.UU. y Europa habían determinado que el agua fluorada a 1 ppm. producía daño a las personas que la ingerían. No obstante, una decisión administrativa de la EPA en 1988, elevó la concentración de fluoruro de 2.0 ppm a 4.0 ppm. para beneficiar económicamente a los proveedores de agua potable de quitar el exceso de fluoruros endémicos en las aguas que utilizan para el suministro. La eliminación del fluoruro del agua es un proceso costoso. En la mayoría de los casos requiere destilación o filtración por ósmosis inversa. Los filtros de carbón eliminan el cloro pero no son eficaces para la eliminación del flúor.
La revelación del asambleísta John Kelly del Estado de New Jersey, dice que el fluoruro nunca ha recibido la aprobación de la FDA, es una cuestión de preocupación para cada ciudadano estadounidense. La censura previa de la prensa sobre su conferencia del 3 de Junio de 1993 ha sido total.
Éste es uno de los más recientes casos de censura sobre informes de riesgos en lo que respecta al fluoruro. Las organizaciones de profesiones de salud tales como American Medical Association, American Dental Association, American Public Health Association y otras asociaciones participan activamente en la censura de investigadores y sus resultados, desacreditando sus estudios por no tener valor científico técnico.
El Gobierno Federal, gasta los fondos públicos rutinariamente para promover la fluoración del agua y su aceptación por parte del ciudadano estadounidense. Y además utiliza su poder económico para contratar profesionales que acrediten su uso en las comunidades.
La función del Gobierno Federal, que debería promover y proteger la salud de todos los norteamericanos, con la medida de salud pública de fluorar el agua de consumo humano se convierte así en un agente mortífero para la comunidad.
Evidencia de daño debido a fluoruro en EE.UU.
Fracturas óseas: Cuatro estudios informaron desde 1990 en el periódico de la Asociación Médica Americana, que existen más fracturas de caderas entre ancianos que viven en las áreas dónde se encuentra fluorada el agua de consumo. En estos estudios encontramos un 41% más de fractura de cadera en hombres y un 27% más en mujeres en la Ciudad de Brigham, Utah, donde el agua es fluorada en 1 ppm.
Cáncer: En 1990, el Servicio de Salud Pública Americano informó que 5 de 80 ratas masculinas desarrollaron el cáncer después de exponer a los receptores a una dosis de fluoruro equivalente a 20 años de exposición humana al agua fluorada.
En 1992, la Sección Estatal de Salud de New Jersey informó los resultados de un estudio que encontró seis veces más cáncer de hueso entre los varones menores de 20 años de edad que viven en las comunidades con el agua fluorada.
El Instituto Nacional del Cáncer demostró un 79% de aumento en los cánceres de hueso en los varones menores de 20 años de edad para el periodo 1981-87 en contraste con el periodo 1973-80, en el área metropolitana de Seattle y en el estado de Iowa. Posteriormente, en una nueva revisión de este estudio por parte del Instituto realizada en el período 1973-1987, se descartaron los resultados arrojados anteriormente en Seattle y Iowa, porque la incidencia del cáncer no tenía una correlación con los años totales de exposición al agua fluorada.
Pero los datos de New Jersey indican un aumento de la incidencia de cáncer en asociación con la exposición al agua fluorada durante el crecimiento juvenil.
Fluorosis dental: las estadísticas del Servicio de Salud Pública de los EE.UU. indican que hay un 30% de niños con fluorosis en áreas donde el agua se encuentra fluorada.
Un reciente estudio en Europa observó radiografías de niños con fluorosis dental y niños que no tenían fluorosis; la estructura del hueso de los niños con fluorosis era diferente de los niños normales.
Daño al sistema inmunológico: El sistema inmunológico es la primera línea de defensa contra las bacterias, virus y otros parásitos, así como de la generación espontánea de células potencialmente cancerosas. Cualquier agente que reduce la habilidad del sistema inmunológico de funcionar eficazmente tenderá a reducir la resistencia de la población a la infección y aumentará la susceptibilidad al cáncer y los estados deprimidos inmunes como el síndrome de fatiga post-viral y SIDA.
Durante los últimos 20 a 30 años, ha habido un aumento sustancial e inexplicable en varias condiciones como la alergia, enfermedades auto inmunes y síndrome de fatiga post-viral. El factor común en las condiciones es una alteración en la eficacia del sistema inmunológico. Esta alteración coincide con la introducción extendida del fluoruro en los suministros de agua públicos y en la cadena alimenticia.
Accidentes y envenenamientos por fluoruro
En 1992, un hombre murió en el pueblo de Bahía de Hooper, Alaska, y 296 personas se intoxicaron, debido a un fallo en el sistema de fluoración del agua de consumo.
El 16 de julio, 1993 tres pacientes de diálisis de riñón murieron en el Hospital de la Universidad de Chicago cuando un filtro de agua no quitó el fluoruro del agua corriente antes de que se usara en el procedimiento de la diálisis. Otros seis pacientes sufrieron reacciones agudas después de sufrir la diálisis con el agua fluorada.
En Middletown, Maryland, el 16 de noviembre de 1993 se encontraron niveles tóxicos de fluoruro, en una concentración de 70 ppm. en el agua para consumo humano.
Hipersensibilidad al Fluoruro: Algunas personas experimentan reacciones de intolerancia serias, como síntomas gastrointestinales, ulceración de membranas mucosas y sarpullidos de la piel, cuando son expuestas al fluoruro del agua o pasta dentífrica. La existencia de hipersensibilidad al fluoruro fue documentada meticulosamente por George L. Waldbott en su libro: Fluoración, El Gran Dilema, publicado en 1978. Además, se conoce bien que el agua fluorada es perjudicial en ciertas condiciones médicas como la diabetes y la insuficiencia renal.
Contaminación ambiental por fluoruro en EE.UU.
En 1930 se consideró al fluoruro como un contaminante producido por los residuos industriales. En 1965 la Comisión de Ciencia que asesoró al presidente Lindon Jhonson identificó al fluoruro como el cuarto contaminante industrial en importancia.
Desde el advenimiento del uso del fluoruro en la prevención de caries dental, poco se ha oído hablar de la contaminación ambiental que éste produce. Las inmensas cantidades de fluoruro que arrojan los sistemas públicos de agua potable al medio ambiente no tienen los debidos controles por parte de las autoridades competentes.
Las leyes que controlan la disposición de basuras tóxicas no permiten a las industrias que generan estos fluoruros soltarlos al medio ambiente. Sin embargo, la fluoración del agua permite extender estas mismas toxinas indiscriminadamente en los céspedes y jardines, incorporando éste en las comidas procesadas, y eliminándolo a través de nuestros ríos por medio de los vertidos no controlados.
El impacto medioambiental del fluoruro en los vertidos de la red pública de desagües se ha ignorado de forma consistente. Un estudio de salmónidos en el Río Columbia para el periodo 1982-86 da cuenta del efecto venenoso que tiene sobre la vida en los ríos.
Exposiciones múltiples de fluoruro en los EE.UU.
Mas del 50% de la población de los EE.UU. depende del suministro de agua con adición de flúor ó con flúor endémico, según el Central Desease Control de Atlanta.
Además está la exposición de la población a causa del uso de pastas dentales que contienen flúor en concentraciones 1500 ppm. y la falta de control de las autoridades en la industria alimenticia que utiliza el agua fluorada del servicio público para procesar las comidas.
Por lo mencionado cada norteamericano es expuesto a una dosis de 1 miligramo diario, pero en las áreas donde el sistema de aguas públicas utiliza el flúor, esa exposición llega a 5 miligramos diarios. La fluorosis dental está ocurriendo ahora en por lo menos 10% de los niños que viven en dichas áreas.
Marcelo A. Iruretagoyena (Odontólogo)
Licenciada Adriana Verón (Traducción)
Artículo extraído de la web de odontólogos Salud dental para todos.